En la boca más grande del mar renacen los peces,
en la sierra los jaguares bajan a cantar y
estilizados se mueven
por las colinas pasean reencontrando libertad,
un idilio brota sobre los lagos en hilazas
azules y blancas
los cauces sonríen a la tragedia para volver
a juntar los ríos
recuesto mi cuerpo sobre la poca vida que queda
mis pies se absorben con delicadeza
siento mis manos
mi olfato recorre cada punto cardinal
soy piedra impregnada de ti
se unifican los latidos
Gran Madre eres sanación en tu nombre.